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Marty Friedman
Una extensión del alma…
Su disco número trece lo presenta en un contexto instrumental altamente elaborado, que si bien puede encuadrarse dentro del género más pesado, incluye muchos elementos de la temática progresiva. En la entrevista, Friedman habla de la concepción de “Wall of Sound”, de su nuevo equipamiento, y de lo que tendríamos que saber para ser mejores músicos.
Toda la escena musical de Japón es muy movida. Existe una gran variedad de música y de estilos que entran dentro de lo que sería la música popular japonesa. Por ejemplo en Estados Unidos, si sos fan del metal, entonces sólo es metal… Metal o morir (risas). En Japón esto no pasa. Aquí hay un gran mundo musical, en donde la gente que escucha metal también puede escuchar pop o música tradicional. La cosa no es tan estricta. Me gustaría que esto sucediese también en Estados Unidos, donde los que escuchan pop o dance o country seguramente que odian el heavy metal. A mí no me gusta esto. Al menos tenés que darle la chance a estos otros estilos, y luego decidir. Recuerdo que la última vez que estuve en Buenos Aires tocando Piazzolla con Escalandrum, había muchos fans del metal entre la audiencia, y eso está bárbaro.
ALGO POR QUÉ PELEAR
Si te la pasás tocando y practicando solo en tu habitación, es una lástima, porque nadie podrá apreciar lo que hacés. En cambio, tocando en vivo es cuando se te presentan las oportunidades de avanzar con tu música. No es lo mismo que ser un doctor o un científico; ser músico no es tan difícil como eso. Pero sí toma muchísimo tiempo. No hay que desalentarse si sentís que estás siempre en el mismo lugar o que las cosas se ponen difíciles, porque no es así. La música se mueve de forma muy lenta, y uno no llega a ver los resultados hasta que pasaron muchos años. Puedo garantizar que si uno sigue haciendo lo que viene haciendo, poco a poco verá los resultados.
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Marcelo Roascio
Gracias Valeria Fernández (Undermotion) |
