Ricardo Mollo

Río de Cuerdas

Si bien la excusa de la entrevista fue charlar sobre la creación de “Amapola del 66”, el nuevo disco de Divididos, la charla derivó luego en guitarras, equipos, efectos y sonidos, temas sobre los que el guitarrista es un verdadero experto.

En distintos temas del disco hay frases como “No es reedición sino redención” (Amapola del 66), o “Vengo de ayer, no soy ayer” (Senderos). En realidad, yo vengo de algún lugar, que es ayer, pero no me quedé en ese lugar. Siento que la música es infinita, lo que elegí tiene un camino infinito, y por ahí la frase tiene un sentido en ese punto. Venís de algún lugar pero no estás anclado ahí, sino que es tu historia. Vengo de la música de los ’70, y es lo mismo que me pasa con las guitarras o los amplificadores. El pasado está ahí, pero yo tengo puesto mis ojos en el presente, ni siquiera en el futuro. Vivo lo que me pasa hoy, no lo que me pasó ayer o lo que me va a pasar mañana.

COMO COMPONEMOS En este disco, en casi todos los temas, primero hicimos la música y después la letra. Buscamos de qué queremos hablar en esa canción, de acuerdo a lo que la canción te moviliza. La música te dice de qué hay que hablar, nunca fue al revés. Hay raras excepciones, como por ejemplo la letra de “Vientito de Tucumán” (Vianda de ayer) de Don Atahualpa Yupanqui, a la que que nosotros nos tomamos el atrevimiento de ponerle música. Pero nuestra constante, a lo largo de más de veinte años, es hacer primero la música. Cuando ya esta la canción decimos: “¿…de qué hablamos? A mí me parece que la cosa va para este lado.” Y ahí empezamos a buscarle el sentido.

Nos pasamos mucho tiempo tocando hasta que se arma una canción. Pensá que estuvimos como ocho años sin disco nuevo (risas). Particularmente, en lo que quedó plasmado en “Amapola del 66” hubo mucho trabajo con cada una de las canciones sin la letra, lo que te hace ir más a fondo en la parte musical. No existe la distracción del tipo que está cantando sobre eso, es sólo la música. De hecho, estuvimos semanas con una canción. Lo que yo hago sí, es ir marcando como una línea melódica con la voz, pero es como un instrumento más en ese momento. No es la letra y el cantante. Vas más a fondo en cuanto al lugar de cada instrumento. El aire, que los instrumentos entren y salgan, que no estén apretados.

También hay veces que compongo cosas que después llevo a la sala. Y se destruyen, porque me encuentro con el mundo de Diego y de Catriel, en este caso. “A mí se me ocurrió tal cosa”, puedo decir yo. “¿Pero qué te parece si tal otra?”, me dice Diego. “Ah, mirá que interesante…” Dos cabezas piensan más que una, y cuando vos estás permeable, esas cosas se potencian. Y esto es lo que pasó con las canciones de este disco.

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Escuchá un fragmento de la entrevista:



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