Jorge Armani

“Buenos Aires fue siempre la meca para nosotros, los músicos del Interior, pero es el lugar más difícil de producir. Hay muchos hechos artísticos relevantes, y allí están los músicos más destacados. Pero es más fácil tocar en el Interior. De hecho, el año pasado toqué muchas veces dentro de la provincia, pero nunca en la Capital. Es más fácil hacer 1200 kilómetros a Neuquén que 400 a Bs As. Espero, este año, poder revertir la situación.” Quien hace esta afirmación es Jorge Armani, guitarrista de jazz, que desde la ciudad de Mar del Plata se proyecta hacia el resto del país.

Sus inicios fueron a los 7 años de edad, cuando recibe su primera guitarra, una Hofner Tango. “La pedí después de escuchar un disco que tenía mi viejo de José Larralde. Me atrapó ese sonido. Recuerdo mi cumpleaños, poner el disco de él, y querer tocar arriba, deporte que seguí practicando con todos los vinilos que me gustaban. Al tiempo, mis viejos llamaron al profe del barrio, el cordobés Miguel, que me dio folclore de oído durante un año. Después seguí solo, y mi consigna fue que no tenía que pasar un día sin tocar.”

Su acercamiento al jazz llegó de la mano del trompetista Louis Armstrong. “Como mi viejo me hablaba tanto de él, le pedí a mi vieja que me regalara uno de sus discos. Creo que “El embajador Satch”, grabado en vivo, debe ser lo que más escuché en mi vida. Era un fuego, me volvía loco tanta música, tanta alegría. Agarraba la guitarra y tocaba, pero entendía que no se parecía mucho. Con ese disco tuve mi primera experiencia emocional-musical, que me hizo seguir buscándola hasta hoy.” Al tiempo vinieron Django Reinhardt, Oscar Alemán, Wes Montgomery, Pat Metheny, etc. “Empecé a conseguir métodos, para conectarme con los elementos. Los estudiaba y trataba de encontrar las cosas en los discos. Y así es hasta hoy.”

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