Si bien sus dos últimos discos -”Electrohope” y “Ten”- lo encuentran alejado del jazz, su acercamiento al rock y al R&B sigue manteniendo aquella impronta, la cual se revela sobre todo, en sus actuaciones en vivo. A lo largo de la entrevista, el bajista Nº 1 de Argentina nos cuenta acerca de su joven banda, de la gestación del M2, su instrumento de doble mástil, y de su visión de la música en general.
DOBLE COMANDO El instrumento de doble mango que estoy usando, el M2, es una guitarra y un bajo: bajo de cinco cuerdas arriba y guitarra de seis abajo. Tanto el mango como el largo de la escala están copiados de mi Warwick de toda la vida, cosa que al tocarlo, me sea un instrumento familiar. O sea, no están copiados ni la forma ni la silueta, pero sí el accionar. La viola está copiada de una guitarra clásica, como si fuera una 335 Gibson o una Les Paul, ya que tanto una SG o una Flying V, todas tienen el mismo mango. Eso siempre me gustó de Gibson. Por eso, acordamos con el luthier que copiara los parámetros del mango de una 335. El instrumento lo vengo fantaseando desde hace muchos años, desde el 2000. En mi segunda etapa con Spinetta, que arrancó en el 2000, pude ver algunos instrumentos de Luis, hechos por un luthier de Bahía Blanca que se llama Ianamico. Le conté al “Flaco” lo que quería hacer y se dio manija. Nos pusimos en contacto con el luthier. Nos meileabamos seguido… Una vez el tipo me mandó un tubo con un dibujo a escala, para que yo viera el intrumento que estaba diseñando. El tipo es un genio, porque yo ví sus violas, pero no me gustaban las formas, las cabezas, los cuerpos… De ahí en más, empezó el tire y afloje con el diseño del instrumento. El chabón no quería dar brazo a torcer, y no me aceptaba nada de lo que yo le decía. Por ejemplo, eso de que a mí me gustaban los instrumentos clásicos, la SG por ejemplo, y a él le parecía la peor viola de todas. No estábamos de acuerdo en nada, por eso la construcción quedo en la nada.
Hasta que conocí a Mariano Maese, en la época de “Música para soñar”. Me acuerdo que siempre me calibraba el bajo y el contrabajo. También es un gran luthier de contrabajos. Lo conocí por medio de Marianito Otero, al que le hizo un réplica de un Fender Jazz Bass, que si lo ves, ¡te caes de culo! El instrumento que Maese me hizo es hermoso. El tiempo que le dedicó a mi bajo era tiempo que le restaba a su trabajo, así que tampoco lo podía apurar. Tardó un poco, pero acá lo tenemos, y está buenísimo. Cada vez toco más temas con él. La viola me encanta y me estoy amigando con el bajo, porque por más que lo copies igual, después te lo ponés y no es lo mismo. Tenés que acostumbrarte. Si tengo que ir a tocar sólo el bajo, voy con el Warwick que lo tengo desde el ‘96 y es mi instrumento de cabecera.
Música…. ¡de diez!
Hasta que conocí a Mariano Maese, en la época de “Música para soñar”. Me acuerdo que siempre me calibraba el bajo y el contrabajo. También es un gran luthier de contrabajos. Lo conocí por medio de Marianito Otero, al que le hizo un réplica de un Fender Jazz Bass, que si lo ves, ¡te caes de culo! El instrumento que Maese me hizo es hermoso. El tiempo que le dedicó a mi bajo era tiempo que le restaba a su trabajo, así que tampoco lo podía apurar. Tardó un poco, pero acá lo tenemos, y está buenísimo. Cada vez toco más temas con él. La viola me encanta y me estoy amigando con el bajo, porque por más que lo copies igual, después te lo ponés y no es lo mismo. Tenés que acostumbrarte. Si tengo que ir a tocar sólo el bajo, voy con el Warwick que lo tengo desde el ‘96 y es mi instrumento de cabecera.
